jueves, 26 de febrero de 2009

UN REGALO ...¡!!


El otro día, una persona joven me preguntó:
¿Qué se sentía ser viejo?
Me sorprendió mucho,
ya que no me consideraba vieja.
Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó,

pero le explique que era una pregunta interesante…
Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo…
Soy la persona que quiero ser…
Algunas veces me desespero al ver mi cuerpo, las arrugas,

los ojos con ojeras, la celulitis.
Y a menudo me sorprendo de la persona que vive en mi espejo.
Pero no me preocupo por esas cosas por mucho tiempo.
No cambiaría mi amada familia,
ni a mis sorprendentes amigos, ni mi maravillosa vida,
por menos cabellos canosos y un estómago plano.
Me he convertido en mi amiga.
No me regaño por no hacer mi cama, o por comer esa galleta extra…
Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada,

ser extravagante y oler las flores.
He visto algunos queridos amigos irse de este mundo,

antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo.
¿A quién le interesa si escojo leer o jugar en la computadora

hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quién sabe qué hora?
Bailaré conmigo al ritmo de esos maravillosos acordes de los 50´s y 60´s.
Y si después deseo llorar por algún amor perdido... ¡Lo haré!
Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira

sobre un cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir,
a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini.
Ellas también se harán viejas,
si tienen suerte...
Sé que algunas veces soy olvidadiza,

pero me acuerdo de las cosas importantes.
A través de los años mi corazón ha sufrido…
Por la pérdida de alguien querido,

por el dolor de un niño,
o por ver morir a mi mascota.
Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza,

lo que nos hacer crecer.
Un corazón que no se ha roto,

es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto.
Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente para

que mis cabellos se vuelvan grises
y por conservar la sonrisa de mi juventud,
antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.
Cuando se envejece,
es más fácil ser positivo.
Te preocupas menos de lo que los demás puedan pensar.
Ahora bien,
para responder a la pregunta,
con sinceridad puedo decir:
¡Me gusta ser vieja,
porque me ha dado mi libertad!
Me gusta la persona en la que me he convertido.
No voy a vivir para siempre,
pero mientras esté aquí,
no perderé tiempo en lamentarme por lo que pudo ser,
o preocuparme de lo que será.
Disfruten de cada instante, como si fuera el último.

La Vida ... es solo una suma de momento ... सिल्विअज़क . Silvia Zak.

sábado, 7 de febrero de 2009

Murió Sentido Común...(q.e.p.d)




















Hoy lloramos la muerte de un querido amigo:

SENTIDO COMÚN, que ha estado entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta qué edad tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que "hay que trabajar para poder tener un techo propio" y que "se necesita leer todos los días un poco"; para saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices y también para reconocer la validez de frases tales como:
"la vida no siempre es justa" y "tal vez haya sido yo el culpable".
Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas:
("no gastes más de lo que ganas")
y estrategias parentales confiables (“los adultos, no los niños, están a cargo”).
Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas
bien intencionadas, pero ineficaces: informes respecto de un niño de seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase; adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de droga y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición.
Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros sólo
por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.
Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar o colocar una curita a un alumno o
cambiar un pañal, aunque eso sí, tenían prohibido informar a los padres si una alumna estaba embarazada y menos, si quería abortar.
Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron
en material risible, algunas iglesias en infames negocios y cuando los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas.
Para Sentido Común fue un duro golpe saber que uno ya no puede defenderse de un ladrón
en su propia casa, pero si que el ladrón pueda demandarnos por agresión y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa o acusado de gatillo fácil.
La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres: Verdad y Confianza,
la de su esposa Discreción, la de sus hijas Responsabilidad y Justicia y la de su hijo Raciocinio.
Lo sobreviven sus espantosos Hermanastros:
Llamen a mi abogado,Yo no fui. No te metás y Soy Una Víctima de la Sociedad…No hubo
mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido.
Si aún lo recuerdas, avisa lo ocurrido. Caso contrario, únete a la mayoría... no hagas nada...